Alexander J. Montero

Leviatan


De lluvia se formaron sus
pensamientos, sus sentimientos,
de lluvia, de rabia muda,
de silencio porque nació del silencio,
se hizo así mismo del trueno,
de las dentelladas del sol
y de la locura del mar,
se vio eterno, ebrio de lujuria,
de vanidad y ahogado de astucia,
le ha cantado el gallo
y negó su mortalidad
en un concierto de espejismos
de la mano del Leviatan
le a cantado en copa de vino
y su canción el mismo demonio
le a catado, callado, eternizado,
burlado, amenizado y perdido.
En un ocaso de horizontes
amigos del olvido le he dado los labios,
le he olvidado y no hallo
en ningún otro costado tal alivio.