HERMINSON YULE RIASCOS

LLAMADO

Alguien llamó a mi nariz con su aromático lenguaje

y mis ojos se tropezaron con tu nívea sonrisa,

¿qué hacer?.

El suelo fué un surco inmenso en el que me derruí

sin más pena que la agotable sensación de sentirme

cazado, atrapado por una invisible

red hecha de todo tu ser.

Fuiste lo único existente, eras una mezcla

 de mar y natura, de flores y tierra.

En el aire estabas y de aire eras

y yo en ese aire parecía levitar

apesar que creía hundirme.

Sea como sea no hubo nada bajo mis pies,

sólo estaba tu aroma impregnando mis sentidos

y erizandome la piel, sembrandote en mi pecho.

Hasta ese momento me creí dueño de cualquier

situación, nada, nunca nada me turbó así

y parecías concer lo que me pasaba.

Ahora que de tu mano va mi futuro, 

de la mía llevo alegría y cada que desgranas 

un beso en mis labios,

vuelo donde me lleve tu aliento.