Que la arena del reloj se derrame de golpe
y el tiempo se detenga.
Que los ruidos se troquen en silencios.
Que se oculte el sol y se empañe el universo.
Que se despidan las aves de sus trinos.
Que se rinda el mar ante los ríos.
Que la llanura se despoje de aguaceros.
Y que en los bosques se escondan mariposas sin vuelos.
Que la noche sin luna oscurezca senderos.
Pero, tú...siempre quédate en mí
hasta lo eterno de lo eterno...