Edgar Ivan Chavez

Oda a la locura...

La locura no nos hace diferentes, nos hace grandes entre la gente, no nos tienen miedo a nosotros sino a nuestra mente,  que no tenemos cura, que sufrimos de escasez de cordura, y que sin duda, nos llaman locos, que nacimos rotos pero no somos pocos, así como yo hay muchos, y por ellos y sus pensamientos lucho, grandes personas  que creían incoherentes, resultaron ser más prudentes, héroes o semidioses como diría Coelho, o como Benedetti que en sus versos encuentro consuelo, que gracias al humor de Charles Chaplin, no me mataron los poemas de Neruda, que por suerte la sabiduría de Gandhi ayuda a mi cabeza testaruda, y la hace más bella como las pinturas de Picasso, que por la insistencia de Luther King aprendí a nunca caer en fracaso, que mi vida avanza con música de Mozart,  y que por  Bob Marley a su estilo la vida me enseño a gozar,  por Beethoven que me inspira a decir que como el, los locos somos los mejores, ya seamos filósofos,  poetas, músicos o escritores, que la vida es tan bella como un poema de Allan Poe,  y si tengo que morir que sea como Sócrates que a la pena de muerte por su liberalismo condenado fue, pero antes de eso que mi última cena sea plasmada por Da Vinci,  que se inspire en la hermosura de Nefertiti, que se acompañe de van Gogh que sus sueños desafían la gravedad que descubrió Newton, que la vida es un poema que tiene principio y un final escrito, que nuestra vida es un total manicomio, entre desvelos e insomnios, entre notas graves y agudas, poemas y escrituras. Los tachan en la locura porque decían la verdad, locos los llamo la gente que tiene miedo a la realidad,  Pues así bien, locos fueron antes, ahora y siempre, buscando una respuesta a la estupidez de la gente,... Mil y una obra nos dejaron los ancestros, debemos seguir sus pasos haciendo realidad los sueños de los maestros, pero es la locura quien analiza y juzga en base a la razón, mil gracias por dejarnos y mostrarnos su opinión,  pensadores y pintores, Científicos y amantes de la ciencia, Su conducta se desplaza de manera racional, haciendo a flote sus ideas de manera literal, abriéndonos la conciencia, para vivir la vida a plenitud del goce ya que hay un cierto placer en la locura, que sólo el loco conoce.