Lo que quieras, he de concedértelo.
¿Quieres saber por qué?
Simplemente porque te amo.
Totalmente porque en mi alma
permanentemente estás.
No quiero vuelvas a asombrarte.
Soy yo el que me asombro.
Porque he de entregarte
todo lo que me pidas.
Mi corazón, mi alma,
mi cuerpo, mi sexo.
Todo lo que tú quieras,
te lo otorgaré.
¿Pedirías mi vida por la tuya?
te la daría.
Sabría que antes de dártela
sería inmensamente feliz porque
te amo más que a mi propia vida.
Y tú, mujer de mi vida errante...
¿qué me otorgarías?...
Entonces, entreguémonos
mutuamente todo lo que
nuestra piel pueda resistir...
Derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 02/11/2013)