Y decidí pintar el alma mía
con colores de amores y de vida...
esos que son luciérnagas de noche,
esos que brillan con la luz del día.
Pero por más que quiera no podría
dejar de ver la realidad latente...
y observar como el sol baja al poniente,
con nubes y con tristes melodías.
Pero mi corazón ha concluido
que es momento de sonrisas y rosas...
que es tiempo de agradecer tantas cosas
sin sentirme mareada o aturdida.
Y decidí vivir de otra manera
Y resolví volar a lo más alto...
dejar en el olvido todo llanto
y despertar envuelta en mil quimeras.