Dame Señor,
la firme fuerza de voluntad,
la que sabe en las luchas
hallar quietud
y en medio de las sombras,
claridad.
La que cuando encuentra
una pasión que le entusiasma,
se dedica con toda su alma,
de día, tarde, noche y madrugada.
Tan sólo empleando una pequeña
fuerza de voluntad,
todo en un instante puede cambiar
y lo que uno se proponga
se puede alcanzar.
Todo llega a su hora
para quien sabe esperar,
es como un grano de semilla,
en la tierra sembrar.