No se porqué, de repente, de la nada, tú regresas a mi vida, me revuelves la mente y me alborotas el corazón y sin siquiera saberlo me diriges a un callejón sin salida, ¡sin salida! porque no me queda más que toparme contra el muro, el gran muro de tu belleza, de tu ternura, de tu bondad, de esa magia infinita y maravillosa que sólo he visto en tu persona, de esos ojos que me atrapan en un parpadeo, de esa boca que me endulza con sólo una palabra y de ese ser, ese ser que me obliga a quererme quedar por siempre en ese callejón, hasta que mi cuerpo se canse, se funda y se haga uno solo con ese muro, tu muro, TÚ.
MAFC
III-VIII-XIII