Elijo despejarme, sentir, volar
incluso caer, sufrir, llorar.
Sentarme en la vereda
y ver el sol salir en la vereda,
ver el sol partir en la vereda,
y quedarme ahí, aunque ya no esté.
Incluso caer, sentir, volar… llorar.
Si intento caminar, me canso,
si me canso, me aburro, y vuelvo a caminar.
Soy inquieto y la sombra me apaga,
el sol me anima, pero me quema,
y la sombra me tranquilaza, y me apaga,
y otra vez el sol, y otra vez la sombra
pero ahora más lejos, bien lejos, muy lejos.
Una vez un anciano me contó una historia
que olvide incluso antes de escucharla
y decía así:
\"olvida la historia, realmente no importa. Fin\"
Y la olvide… y me olvido,
y el anciano se perdió en la historia para que lo olvide
y me enseño la historia para olvidarla.
Porque realmente no importa la historia,
ni el anciano, ni lo que dijo,
ni como lo dijo, ni siquiera la que calló.
Importa solo esto, el sentarme en la vereda,
mirando el sol partir,
mirándome partir…
como el anciano…
en la historia que no importa
y quedarme ahí, aunque ya no esté.
Lemos Maximiliano Daniel.
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