El cielo se colma de nubes que intentan mostrarnos las diferentes formas que puede tomar nuestra vida, algunas son oscuras muestras de lluvia en un existir, otras al contrario nos hacen soñar llegando a formar todas las curvas que puede adoptar nuestro ser, algunas veces nos sentamos en el verde prado de una sabana, frenamos nuestra mente y comenzamos a dejar rodar el mundo y girar a nuestro alrededor, hacemos tangible lo intangible volamos a ese remanso de blanco algodón donde dejamos descansar nuestro ser, agobiado por el concreto en que rodeamos nuestra vida, y solo ahí cuando vemos desde arriba un susurro tocar nuestro rostro, como acariciando nuestro corazón entendemos que los sueños por mas que suben al infinito podemos alcanzarlos solo dejando nuestro ser elevarse a las alturas donde las alas de la fe y el amor nos permiten alcanzarlos, porque solo distinguimos una forma en una nube de nuestro horizonte cuando esa nube llena nuestro cielo, muchas veces las nubes opacan el cielo, muchas veces nos alejan de la luz, pero siempre el sol en su sabiduría deja escapara pequeños rayitos de luz que entre la oscuridad nos guían nuestro caminar, hoy déjate caer en ese verde césped que llamamos vida y ahí con tu corazón en la mano y con tus sueños en tu ser, podrás ver dibujarse en el cielo una blanca nube llamada el amor…