Fuiste cálida compañera y eres una buena mujer.
Fuimos tuyo y mía, como las nubes las son del cielo.
Que no llore por esa que ya no es mía.
Que no hay cosa fea, tal como ver un hombre llorar.
Que sabrán de amores míos
si no conocen mi querer.
Que sabrán de amores míos
si no han sufrido mi disimular.
Que sabrán de amores míos
que no sepa de mí ya.
Quien pudiese besarte viviendo para disfrutar.
Eres tan bonita, capaz de cristianizar el infierno en un edén.
Anecdóticas se han convertido mis calles en su paseo
que en sus recuerdos viaja mi mente a Maracay.