Mujer de entonces
de muslos duros y altos pechos
ansiosa de beber
de todo labio...
caracola de mar viejo,
que por las noches
vestiste inmaculado blanco
para el extraño
con lodo entre las manos.
Mujer de hoy,
que enrollas en el carrete
de los vientos
esos recuerdos amargos,
bordados con agujas
de silencio
entre tus labios;
adornados con el desprecio
de las perlas
regaladas por el naúfrago,
que junto a ti
rodo sobre la yerba
y las flores despiertas
que alguna vez fueran tu campo.
Cangrejos y gusanos
de antiguos tiempos
por demás lejanos
de fantasmas, y de espantos.
Mujer futura
sacude de tu esqueleto
el canto de los pájaros
dí... que has olvidado
y reposa ya en paz
a la sombra de algún árbol;
testigo mudo de un corazón
arrebatado de inocencia
en tus párpados,
descalzos.
Tizzia Holwin
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México