miro a esos luceros,
y me dan pena,
al recordar a tus ojitos
con lagrimas a cuestas.
pensar que tus ojitos
lloraron por mi culpa;
ojitos que sonrieron
y hoy son torrentes
de amargura.
siento esa briza
que acaricia a mi rostro,
pareciera ser tu aliento
que me entristece de pronto.
ese aliento que en silencio
me va reprochando
mis necios hechos;
perderte como te he perdido
es un cáliz que bebe a diario
mi corazón abatido.
escucho el trinar de las golondrinas,
y me duele el alma
al oir tu voz que me va susurrando
que aun me amas;
que a pesar de todo,
rencor a mi no me guardas.
miro a las rosas de mi rosal
como se van marchitando,
así también mis esperanzas
en tu desdén se van secando.
miro a esos luceros,
y me dan pena,
al recordar a tus ojitos
con lagrimas a cuestas.