LA GOTERA IMPLACABLE DE LA GUERRA
Cuando llega la hora funesta de la guerra
Cuando las flores se secan sin mejillas
Cuando desaparecen los suenos y sus timones
Dios se esconde en un paraiso perdido
Y la tierra se vuelve un charco de humo y fuego
Un hecho de verguenza en desoladas calles.
Opuestos y crueles son los hombres
Opuestos son aquellos que matan y escupen
La polvora lleva a miles en devastadas sepulturas
Las altas puertas del odio se cierran como los ojos de los muertos
Y se abren como garras espantosas.
Opuestos y infideles son los hombres
Malos como los terribles truenos del infierno
Ya no se busca nada en la paz de los corales
La tierra se entierra en un horno de cal
Quema la humeda sonrisa en el oscuro
Sin paisaje y sin conciencia, sin sabor y sin poema.
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