Me he propuesto
el dejar de mirar con odio.
Por eso permanezco
lejos de las personas
y sus oscuros demonios.
Enriquezco a mi alma
con imágenes doradas.
Soledades bienechoras
envueltas en los gorjeos
de plácidad mañanas.
Santos oculistas
aválan este tratamiento.
El único que permite
andar por este mundo
con los ojos abiertos.