Serás mía
cuando el Sol ya no queme mis palabras
cuando el viento no se me lleve mis suspiros
cuando el agua ya no lave mis lágrimas
cuando el lodo no se trague mis cumplidos
cuando el trueno no silencie mis lamentos.
Serás mía
cuando el Sol dominguero en la mañana,
llegue y toque a tu ventana,
llegue y te saque de tu cama,
llegue y te susurre mil palabras
que nunca he dicho por temor a que te vayas.