Jamás pensé que un simple mensaje de texto fuese a volver excitante el inicio de mi semana…
Esta mañana escribí:
Yo: Hola, como estas? Que tal tu fin de semana?
El: Regular, un poco aburrido… Solo descansando… Que haces? Estas ocupada? Ven a visitarme a mi oficina…
Yo: A esta hora? Y eso?
El: Anda ven, te deseo, deseo tu cuerpo…! Desocúpate y ven…
Yo: Ok, dame un momento…
A los 15 minutos se escucho:
Yo: Buen día señorita, se encuentra XXXXX? Vengo a “entregarle” unos documentos…
La chica me anuncio y de inmediato:
El: Hola buen día, como estas? Pasa adelante, me trajiste lo que necesitas que te firme?
Al cerrar la puerta la atmósfera se puso húmeda y lujuriosa…
El: Moría por tener entre mis brazos y sentirte temblar y suspirar… Déjame quitarte la ropa mientras te beso toda, quiero sentirte mía…
Yo: Derríteme y castígame, vuélveme loca te deseo…
Sin hacer mucha bulla El retiro todo lo que estaba encima del escritorio y me sentó abriendo mis piernas metiendo sus dedos en mis adentros que lo esperaban desesperados…
Se escuchaban gemidos suaves y cómplices que decían lo excitada que estaba y el me besaba con dulzura, luego me acostó y fue bajando lentamente hasta perderse entre mis piernas y allí se quedo hasta que me hizo estallar y ver estrellitas de colores…
El: Quiero penetrarte por todos lados, me lo permites?
Yo: No me preguntes, solo hazlo… Hazlo ya que no puedo más…
Sus brazos, nuestras piernas, ese escritorio, las sillas, las paredes y el piso fueron nuestros soportes y testigos mudos de aquellas caricias desenfrenadas y quejidos silenciosos…
Un rato después se abre la puerta y como si nada hubiese pasado:
Yo: Muchas gracias por su colaboración, en dado caso falte algún recaudo le aviso para traérselo…
El: Perfecto, un placer ayudarte… Cuídese señorita…
La adrenalina se vuelve incontrolable y nos dejamos llevar por las sensaciones…
Esta es una situación de adultos para adultos, se conocen las consecuencias y se asumen y se evitan...!