Raúl Daniel

Red Atrapadora de Sueños

Caminando por la playa

larga de la vida,

esquivando piedras

y evitando así en mis pies,

que se abran las heridas;

te vi a lo lejos, caída.

 

Tenías grandes agujeros,

parecías muy usada,

vieja red que algún pesquero

barco, tal vez, abandonara.

 

Creí eso, así pensé,

no sé porque no te dejé,

no sé porque sentimiento,

red misteriosa y conmigo

desde entonces te llevé.

 

Te tomé ese día en mis manos,

te recogí del suelo,

habías caído del cielo

y nadie te había alzado.

 

Del uso que tú tenías

recibí revelación:

servías para pescar los sueños

que por los aires habitan,

sueños errantes que excitan

nuestra imaginación;

esos sueños que son peces

del inmenso mar del alma,

por lo que, al buscar mi calma,

te usé a ti muchas veces.

 

Te eché una vez hace mucho,

en tiempo de mocedad,

para conquistar amores

y para tener un hogar;

mas los celos y la envidia

y el afán por las riquezas,

por tus grandes aberturas

cambiaron mi realidad.

 

Después vinieron los días

esos que nunca terminan,

en los que por más que se anda

no se va a ninguna parte;

en los que ni ciencia ni arte

nos traen la explicación

de la sinrazón que muerde

nuestro propio corazón.

 

Las penas que me acosaron

me abatieron sin piedad;

Dios, que sabe la verdad

y que fue mi compañero,

es fiel testigo que quiero,

pronto, volverte a usar.

 

Red atrapadora de nubes,

red cazadora de vientos,

por tus espacios abiertos

por el cuchillo del tiempo,

se me escaparon los sueños

y no los pude guardar;

tal vez ya sea muy tarde

para volverte a arrojar.

 

Los sueños son alto techo

difíciles de alcanzar;

... muchos años he ocupado

en tantos vanos intentos,

mas, otra vez, por las dudas,

red cazadora de sueños,

¡hacia las nubes, te echo!