tresmago

El vidrio

Tengo un pedazo de vidrio

bien enterrado en el alma;

se me clavó muy profundo

donde llegó tu palabra.

Supiste que me dolía

pero no dijiste nada;

yo comprendí en tu silencio

toda mi poca importancia.

Por si no te has dado cuenta,

te doy amor y confianza

y no hay en mi pensamiento

para ti, más que bonanza;

pero si mi amor te busca,

no te encuentra,

ni te alcanza,

y a cambio de su dulzura,

recibe tu hiel amarga.

Por eso, desde aquel día,

donde llegó tu palabra,

tengo un pedazo de vidrio

que me está partiendo el alma.