Diaz Valero Alejandro José

Abrazando la vida

 

Es un niño que nació diferente,

como si la vida diera un zarpazo,

y entrega a la familia un niño      

que ha nacido sin brazos.

 

Es obvio que la sorpresa

junto al dolor y el desconcierto

llena de dudas la cabeza

y hace estremecer el sentimiento.

 

Luego de la aceptación y la fortaleza,

llegan las bendiciones y plegarias

porque ese niño que con su grandeza

reparte las bendiciones necesarias.

 

Ese niño es un hermoso ser   

que irradia grandeza espiritual,

es luz que se ha de encender

alimentando la unión familiar.

 

Nació desprovisto de brazos

pero con un inmenso corazón,

y es con su alma con la que da sus abrazos

y con ella entrega su emoción.

 

Abrirán caminos a sus limitaciones                                

en surcos de grandes sembradíos

donde nunca faltarán bendiciones

que abundarán como las aguas del río.

 

Sabrán sacarlo adelante en su andar

y habrá sorpresas en su camino,

tendrán dichas como agua el mar

siempre guiado por el don divino.

 

Ese niño abraza a la vida

en su gesto de noble valiente,

porque es una persona bendecida

que batalla y lucha muy sonriente.

 

Él podrá estar sin brazos,

pero tiene los brazos de toda su gente,

y desde la propia aurora hasta el ocaso

tendrá su apoyo hoy, y siempre.

 

Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo Venezuela