Veronica Arteaga

¿A DÓNDE VAS, POESÍA?

 

A DONDE VAS, POESÍA? 

 

¿A dónde vas, Poesía,

Asomándote al alba

Con tus alas veladas?

No huyas más de mí.

Yo no sé qué es peor,

Si el fuego que calcina

Cada aliento del pecho con tu candente llama

O el vacío de hielo de tu ausencia en el alma…

 

Se esfuma lentamente tu luz evanescente,

Cerco ciego de luz, pájaro herido y lento,

Buscando un centro,

Un corazón

Despierto,

El arco tenso

De un amor en espera.

Si no supe albergarte,

Ni supe ser la diana de tu flecha viajera

Que espera anclas,

Que no puede vivir entre los pechos yermos,

Ni en corazones pétreos, endurecidos, muertos,

Ni en opacas miradas,

Que perdieron sus retinas de luz, de sueños,

De sueños

 

Que ya no tienen cupo en la matriz gestante

En donde fueron concebidos

Como haces de luz

Como puntos de azul luminoso, restallantes del color de la vida.

¿A dónde vas, Poesía?

Reconozco tu huida : vas dejando una estela

De  jirones de espadas;

Forjadas en las fraguas de muchas lunas llenas

De muchas lunas claras:

Unas veces a los pies de los lechos insomnes

Otras veces al borde de unos pies harapientos

Tus juveniles pasos

.Y te vas y te vas,

Viajera enamorada que busca campanadas,

Carillón de cristal que el aire mece

Cabalgata de luces de los mil carruseles

¡Ay!:

Giras un día,

Giras al otro,

Y al otro giras,

Tu hipnótica canción

Tus múltiples canciones

Pero sordos están los humanos oídos

Por el atronador ruido de las ciudades,

Y tantas emociones estridentes

Que han olvidado el canto del silencio

El son de tus violines,

El mármol de tus atrios

Tu armonía.


Vuelve.

No olvides

Que siempre te ha acogido un corazón sediento,

 Que te ha dado albergue un alma desolada

y algún amor en ciernes

Aquellos que en su duermevela matinal moldean tu nombre,
Y lo vierten en versos arrancados del alma
Sintiendo que se arrancan lo mejor de su vida.

Inocentes palabras como las margaritas.
Y los cielos azules con sus vuelos de pájaros.
 La férrea voluntad de aferrarse a los sueños

Pese al sórdido crimen que anuncia el noticiero
y al invierno puntual que llega cada año.

Mi desolada voz

Se atasca en mi garganta,

Apenas

Logra  ser un murmullo que se pierde en las sombras

Ruega que no me dejes en el tiempo infinito

De una desventurada estación sin amor,

Ese erial

De negros agujeros circunscriptos de sombras

Y cielos

Cenicientos despoblados de estrellas

No te vayas de mi

Dejándome en penumbras

Y rodeada de espectros que han perdido sus almas

En versos que se fueron.  Y las lejanas risas

Que dibujaron bocas que celebraban besos,

No te vayas de mi

Ni dejes sin tus alas a todos los Poetas que circundan mi vida,

A todas las Poetisas que me dejaron versos como haces de luz,


Quedate con nosotros

¡Si!


Para siempre sentir tu belleza azul y brillante,

Para siempre mecernos suavemente en tu claro esplendor.

…Enseña los secretos

Para que la Poesía sea siempre nueva,

Recién nacida y fresca como el heno cortado

Y para que el aire se vuelva de cristal nuevamente

Como una campanada que resuena un instante

Como un grito de júbilo en un segundo de éxtasis.

Y en ti, todo.

Bésanos con tus besos de dulce escarcha grana

Torna a la vida tu lumbre de las cosas,

Bendice a los Poetas,

A sus prosas y versos que emanan como nardos

Las vestales fragancias que adornan tus altares,

Paz fragante, Poesía.

Aromadas  palabras siemprevivas

Tus hijos,

Acaso tus amantes.

Que beben de tus pechos

Y gozan tus deleites en las noches

Solos entre tus sábanas.

Tus Poetas,

Que te abrazan acaso en un suspiro,

Tus Poetisas,

Que posan sobre ti su mirada estrellada

La casta doncellez desnuda de su  canto.



A expensas de estar solos,

Te buscamos, Poesía.

A expensas de estar solos.

Te buscamos a tientas,

Te seguimos buscando

Con nuestras almas ávidas,

Te buscamos

Goteando flores de nuestras ramas secas,

Forjando a ciegas palabras de diamantes.

Te buscaremos siempre.

A expensas de estar solos,

A expensas de estar solos.

Y si no nos contestas,

Seguiremos oteando por los trigales vivos

De la estrofa y el verso tu fugitiva huella

Elevando a tu Cielo de numen que te guarda

Nuestras pupilas vastas,

Para que en albas claras en la cruz de unos brazos

Sigas siendo refugio,

Sigas siendo el milagro,

Que prodiga de pájaros el azul de los cantos.

 

Cristina Cammarano.

 

Para todos los Poetas y Poetisas de Poemas del Alma.