jorgam

Viaje a la adolescencia

Cierro mis ojos y viajo,

por los caminos de la memoria,

hasta tiempos más o menos

lejanos, cuando tomados de la mano

 hicimos nuestra aquella playa

 invernal. 

Sus olas encrespadas rezongaban,

con murmullo y espuma la osadía de

aquel par de locos felices que

cantaban y reían a carcajadas y

lentamente fueron dejando sus ropas,

 apiladas, olvidadas, enajenadas

a un costado bajo el vuelo encelado

de las gaviotas cuyos graznidos

fueron música soñada para una

sonata de amor y arena, de pasión

 sin penas, sin pudores, ni culpas. 

Tú y yo abstraídos del mundo,

mi pecho sobre o bajo el tuyo,

según el turno del rodar sin fin,

sin más objetivo que gozar

el uno del otro como si fuéramos

dos adolescentes escapados

de su cárcel de prejuicios y padres.