desencarnado de tiempo es este amor
como las estrellas que un dia lo signaron
como la alquimia atemporal de la vida
como la alquimia atemporal de la muerte
como la luz que no nace y solo migra
como la oscuridad, esa otra cara de la luz
como el oceano que es un vasto continente
como el aire, ese otro oceano y continente
como la poesia, esa forma de ser de Dios
como las matematicas, esa otra poesia
como la muralla del lenguaje,
con sus atalayas de frases grandilocuentes
como las miradas interminables de la gente
que son un laberinto de espejos sin salida
como el rosario de dias y noches
en que se cuentan plegarias y maldiciones
como la certidumbre de un Dios
como el temor de su ausencia
como el ser humano
ese misterio que se cree su propia revelacion
como el plano de la existencia
cuyos pilares, basados en la nada
se proyectan incomprensiblemente hacia una trascendencia
como tu yo, atrapados y repetidos en el laberinto de los siglos
del que ya nunca quisimos salir
como nuestro habito de encontrarnos y reencontrarnos siempre
como nuestra interminable alternancia de ponzoñas y amborsias
como ese instante despues del tiempo
como la eternidad.