Me sentaré en la ribera del río
para que me cuente sus historias,
sus penas y sus glorias.
Para sentir su respiración,
para escuchar sus aguas agitarse al verte llegar,
para poder dormir en tus ojos
y en la sombra de tu felicidad.
Encerraré tu mente en una burbuja,
raptaré tu conciencia e inconscientemente
alejaré mis ambiciones poco a poco.
Tendré un puñal en mi mano
para asesinar la razón,
para callar mis lamentos
y esperar un imposible de tus labios.
El sol refleja mi ansiedad
y enceguece tu orgullo
quemando nuestras palabras en el silencio diurno.
Me sentaré en la ribera del río
hasta que el sol me lleve a tu regazo
y no tema cerrar los ojos otra vez.