En un barquito de vela,
con sus remitos de pluma,
va bogando entre la bruma
un niño para la escuela.
Va vestidito de lino,
va calzadito de piel,
y un postrecito de miel
lleva en el gris pergamino.
Cual diminuto jilguero
aquel niño va cantando
una balada escolar.
En el líquido sendero
su canto está deleitando
al caballito de mar.