No puedo escribir. No sé qué escribir. Todo me da vueltas en la cabeza. Ideas poéticas, artísticas, musicales y ninguna se transcribe al público. Esto es un desastre. Estoy hecha un desastre mejor dicho. Todo gira en torno a mi cabeza y como sería más fácil hacer que escribir sobre ello. Estoy tan jodida que la moda nueva es hacer mientras dicto para que otra escriba por mí. Eso sí que da lástima. No hay nada peor que una dependiente. Peor aun después que lo experimento no logro plasmarlo entre letras. Hora de comer, lo que se venía ya se fue. Ya regrese. Se me había ido todo de la cabeza y ahora llega todo de golpe, revoltoso a mi cansado cerebro. Me da pereza seguir las sombras del pasado. Cuando más necesito de mi presente y futuro más ausente están. Espero que no llueva, la lluvia me deprime. Más de fondo la fastidiosa ranchera, estoy que me mato. Tengo mil cosas que escribir y editar, pero la mente no la tengo en el lugar correcto. Quizás sea que mi corazón se ha escondido y por eso la musa no llega o puede ser culpa del alma también, no sé. Quizás es el efecto de ella en mi vida. Hay cosas que desearía tener en este espacio. Una mujer desnuda detrás de mi no estaría mal. Solo quiero y necesito distracciones o sino terminare loca. ¿Demente? Nah, eso es de débiles. No es lo mismo la idea visual que la escrita. Quisiera saber dibujar… para cuando me entran estos aires de pintora; saber tocar el piano para cuando quiero perderme en las notas, en las melodías. Quisiera mi musa de vuelta… para poder vaciar la mente, oh mi pobre mente llena y hastiada. Nada más malo para mi condición que una madre sobreprotectora.