Restan libros para sentirte,
y espacios y cuerpos y calma,
y andrajos de las ropas
y nubes inspiradas,
y lunas que se levantan y versos,
¡si tan sólo estuvieras aquí!
Los niños se columpian en el parque
cada vez más alto,
entre el cielo y el tiempo parecen
detenerse camino a las estrellas,
¡yo los miro desde las ventanas
y todo me rodea!,
el recuerdo de aquella noche,
el amanecer cuando aún estábamos,
los sueños que no pudimos dejar
desde que juramos \"para siempre\",
y entre fluir y dejarte ir, ¡así te encuentro!,
no hay manera, ni un solo día.
Mis ojos nunca se cansaron de tus ojos,
nuestro amor desde el primer TE AMO
siempre supo a borde, a beso robado,
a corazón en hojas sosteniendo la mano,
a pasión consumida por la penumbra
cuando ni TÚ ni YO nos deteníamos,
y caíamos húmedos y entre nosotros
yaciendo una eternidad.
Algunas cosas nunca cambian,
algunas piedras aún esperan como pensando
que las podemos tomar,
como el silencio,
como ser todas las voces al echarnos de menos,
como el amor que estando en el aire
espera aprender de un suspiro,
de un hábito difícil de disimular,
de una promesa que nadie pueda hacer dudar,
de un \"igual que la primera vez\", aunque suene a locura.
No te quiero sin ti,
tu voz suave es un divino rapto cuando te pienso,
una cálida brisa de tarde se vuelve tus cabellos,
la embriaguez de la noche respira tu pecho
cuando descalzo camino y siento tu cuerpo,
no te quiero sin ti,
¡no te quiero!
Restan libros para sentirte,
a menudo mi aire busca tu nombre,
si el camino donde el cielo se abre,
si el umbral donde es más viejo el barro,
restan versos frente a mi hoja
y el amor noble de tu boca,
no te quiero sin ti,
¡no te quiero!
T de S
MRGC
Namaste