No dejo fuego sobre cada paso,
que solo sería misterio vano.
Mis escritos son polvos de mi mano
muerto mi cuerpo, deseo descanso.
Éstas naderías ni son ensayos;
es fruto que veló en noche celeste
o, mi perturbación de insomnio agreste
que retumbaron sin lumbre sus rayos.
Sin euforia es mi entrada, así deseo
mi salida de éste breve paseo,
donde solo perfeccioné defecto.
Capturando sueños locos, no asombro;
ésta tierra es mi lugar, (sin escombro)
donde descifra el código perfecto.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Sepultado por los escombros de un mundo que ha terminado, resucitado por hojas de naderías no deseo…