¿Cómo será en las celestiales cúpulas habitar?
Los ángeles divisarán
nuestras incoherentes “proezas”
al tiempo, en un soplo de aliento,
intentarán seguir obsequiando,
quizás, al final, pensando,
¿cómo los salvaré hoy?
¿cómo evitar su tormento?
Nuestros amados, que a destiempo
han partido, y aún si en su calendario
las hojas colgaron, oterán
-ahora que de todo se enteran-
nuestras faltas inmundas
con horror su opinión cambiando,
quizás murmurando,
“no es lo que creí en vida, era...”
Níveas ánimas, en vapor de algodón
levitando, desde los pilares empíreos
observarán a los demonios y entidades
perversas poseer las almas mondas
de menudas promesas, gritando,
“¡es el diablo en tu cuerpo penetrando!”
Estremecidas, las criaturas celestiales
en impotencia y dolor revolotearán,
al fin la “toalla tirando,” pensando,
“¿cuál es el caso?\"
Y, Dios nos mirará,
reloj en muñeca examinando,
preguntándose,
“¿hasta cuándo, hasta cuándo?”
Cuando el cielo nos mira,
sus lágrimas cristalinas
rezan en raída esperanza
e inevitable porfía...
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce