Hola,
Mi nombre es \"Andrés\"
Soy un chico algo extraño que tiene amigos que no son tan normales (aunque ya se darán cuenta de lo que quiero expresarles) Estudio medicina, pero algún día espero sacar un doctorado en comercio informal y una licenciatura en arte de calle. La gente dice que soy extraño porque nací con un ojo gris y el otro marrón oscuro, siempre uso el pelo desordenado y suelo vestir de negro. Debido a eso las personas no se me acercan mucho: dicen que tengo algo maligno (a veces pienso que tienen razón).
Voy a relatarles algo que sucedió hace unos meses atrás: Esa mañana parecía melancólica como si alguien bondadoso hubiera fallecido, todo permanecía en silencio y los colores simulaban no haber despertado de su sueño. Aquella tarde después de clases salí a dar un paseo por el bosque. Iba solo como de costumbre, cuando ya estaba sumergido en la espesa vegetación y se dejaron de escuchar todos los sonidos provenientes de la ciudad, un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo hasta mi zona viril y un intenso miedo se apoderó de mí; en el momento en que intenté echar a correr tropecé con una persona que sin hacer el menor ruido me había seguido hasta aquí. Los dos caímos fuertemente sobre el pasto y terminamos abrazados uno encima del otro (Yo era el que estaba debajo) Me tomó siete minutos recuperarme del golpe; cuando reaccioné pude darme cuenta que la persona con la que tropecé era una hermosa joven (parecía sacada de una película de terror) tenía el pelo plateado, la piel excesivamente blanca y los ojos color ámbar con tres rayas negras que apuntaban al centro. Todavía seguía encima de mí y reía graciosamente del incidente; lo más extraño de todo es que sus labios estaban pegados a los míos como si fuésemos dos amantes en pleno cortejo, de repente frenó su risa de manera repentina, miró a mis ojos y me beso profundamente \"Yo no entendía lo que estaba ocurriendo, me quedé desconcertado\".
Después se levantó y me dijo: \"Me llamo Aura ¿y tú?\" Yo le dije mi nombre y le pregunto porque me había besado?, pero en ese momento comenzaron a salir lágrimas de sus ojos y no me quedó otro remedio que abrazarla. Así fue como conocí a Aurora, una sombría doncella de facciones europeas y aspecto gótico; tanto su ropa como su maquillaje son negros en contraste con su piel y su cabello que son exageradamente blancos debido a una extraña enfermedad; también usa atavíos de plata y un medallón en su pecho del color de sus ojos. Es una persona melancólica, muchas veces le cuesta reír debido a su tristeza, su rostro da la impresión de que hubiera pasado varias noches en vela llorando, pero también es romántica y cariñosa. Después de haber llorado en mis brazos por largo rato secó sus lágrimas y me dijo: \"Me gustan tus ojos, pareces un ángel y un demonio a la vez\" Luego me comenzó a hablar de ópera y de música clásica cosa que me agrado mucho e hizo que olvidara lo que acababa de ocurrir ya que esos son mis gustos; de esa manera se nos fue la tarde y cuando llego la hora de despedirnos me dirigió una mirada suplicante y me pidió que prometiera volver al otro día, luego me besó y se escabulló entre las sombras del bosque.
La tarde siguiente salí después de clase nuevamente al bosque, cuando llegue al lugar de lo ocurrido me encontré con Aura, pero no estaba sola: había seis jóvenes a su alrededor; tuve miedo de que alguno de ellos fuera su novio, ella me los fue presentando uno a uno y como si adivinase lo que estaba pensando me aclaro que eran sus compañeros de la universidad; todos poseían ropas oscuras a excepción de uno. Ella les dijo a todos que yo era su novio, tal anuncio provoco una expresión de sorpresa en todo el grupo pero aún mayor en mí que para no contradecir aquello, que yo realmente deseaba, le seguí la corriente. Casi todos me trataron de manera muy amable haciéndome sentir en familia, menos uno que no hablaba en lo más mínimo. Seis días estuve compartiendo con ellos, estos fueron los mejores días de mi vida, por fin me sentía parte de algo.
Durante ese periodo de tiempo ellos se convirtieron en el centro de mi mundo (en especial Aura) en la cual no dejaba de pensar siquiera un instante. El séptimo día Aura me pidió que pasara la noche con ellos en el bosque, no lo pensé dos veces; estuvimos toda la tarde de aquel día conversando amenamente sobre cantantes y escritores. Cuando llegó la hora de dormir cada uno se acostó tranquilamente sobre la grama y yo me quedé charlando con Aura, cuando todos estuvieron dormidos ella me suplicó que la acompañara a un río muy cercano que estaba a treinta metros del lugar en el que nos hallábamos, después de una breve caminata llegamos, todo estaba sereno y la luna llena. Ella me miró con sus ojos claros y sonrió dulcemente, dejó caer su gabardina y se quitó la blusa, se acercó hasta mí me desnudó y se terminó de desvestir, me beso y acarició repetidas veces y yo a ella, unos minutos después yo estaba acostado boca arriba y ella encima de mí como si cabalgase una bestia salvaje; su piel bajo la luz de la luna deslumbraba como el acero de una espada, su pelo caía como una cascada sobre sus senos y su piel parecía de cristal o de mármol esculpido. En el momento de mayor placer sus labios se humedecieron, sus mejillas se sonrojaron, sus pupilas se dilataron al máximo y el medallón en su pecho destelló con la luz de la luna; luego dejó caer su rostro sobre mi pecho y durmió profundamente cobijada por mis brazos. Esa fue la noche más hermosa de mi vida.
Al otro día desperté sólo, nada más conservaba un poema de amor sobre mi pecho envolviendo el medallón ámbar y el sabor de su piel en mis labios. La mayor de todas las sorpresas fue cuando llegue al salón de clases, estaban haciendo un acto de conmemoración a un grupo de estudiantes que murió durante una inundación en el bosque hacía siete años atrás; me acerqué para mirar la foto y me puse pálido al ver que eran Aura y sus amigos, fue como si mi alma se escapara de mi cuerpo por la boca; quise llorar, gritar, romper las fotos, no se imaginan todo lo que sentí pero me contuve a duras penas; miré el medallón y brotaron lágrimas de mis ojos, mis compañeros preguntaban que me ocurría. No aguante más y salí corriendo al bosque, busqué por todos lados pero no encontré a nadie, saqué el poema de mi bolsillo y lo leí en voz alta: Era Aura explicándome la tragedia que le había ocurrido y como se enamoró de mi a pesar de su muerte; lloré tanto esa tarde que casi desangro mi alma. Durante las semanas siguientes fui todas las tardes al bosque buscando a mi sombría Aura sin éxito alguno.
Pero la muerte no podrá separarnos.
Les relaté todo esto para que entiendan porque tomé la decisión de suicidarme en el bosque y en el momento en que deben estar leyendo esta carta yo estaré con mi amada besándonos junto al río bajo la luz de la luna llena, acurrucándonos en las sombras del bosque.
Escrito por: Norian Poe