Raúl Daniel

La Poesía

En el canto de los pájaros

o en el rodar de un arroyo,

en las voces de los niños

o el abrirse de una flor,

en el amor de las mujeres

que se juegan a la vida,

aunque mueran los poetas:

¡vivirá la poesía!

 

Cuando cruja la madera

por el hacha quebrantada

o una pala o una azada

paren al caer la tarde;

cuando la mano de un hombre

busque el calor de su esposa,

cuando las luces se apagan,

cuando se aquietan las cosas.

 

En un tropel de caballos

sobre una pampa bravía

o en las manos callosas

de un padre trabajador,

en una cuna, una plaza,

una casa o en el sol,

mientras exista el amor:

¡vivirá la poesía!

 

Y, si en la ola espumosa,

clavando un barco su quilla,

en los barcos y en los puertos,

por todas las radios se oiga,

la increíble noticia,

que los poetas han muerto;

en el balanceo de la nave:

¡vivirá la poesía!

 

Cuando los tiempos se acaben,

cuando la tierra termine,

cuando habiten otros mundos

los elegidos de Dios...

y la realidad supere

la más alta fantasía...

entre el amor y la gloria:

¡vivirá la poesía!