A veces me encuentro sentada ante una mesa con una pluma en mano,
observando atentamente una hoja en blanco, pensando...
Pensando lo que hubiera sucedido de no haberte perdido hace tanto tiempo.
Tal vez te seguiría queriendo o tú me habrías olvidado,
al igual que en nuestro presente.
Ya no te quiero, te he olvidado.
Pero como negar que en mi corazón ha quedado un vació
gracias a ese sentimiento que lo ocupo por tanto tiempo.
No negaré que apenas deje de esperarte donde te habías marchado.
Solo que el tiempo cobró factura y me hizo olvidar.
Quién diría que al final, terminaría escribiendote a ti,
igual que ayer.