RELOJ DE TU CUERPO
Crudo silencio trae tu retrato
algo de ti oscilando en la distancia
viene a mí con las horas en tu estancia
tiempo sin dueño mi recuerdo grato.
El segundero, de tu vientre inicia
señala senda de tus negros ojos
murmullo de tus hombros, mis antojos
y caderas de sol que te acaricia.
Tu media hora mi péndulo reclama
instante al vaivén exhala los te amo,
esclavos fieles de tu interna flama.
Lenta mi piel se riega como ramo
en busca de una rosa que me llama
a tu hora de balance que yo aclamo.
Autor : Francisco J. Betancourt
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