La noche es tranquila, me recuerda a ti,
las estrellas dejan entrever tu rostro,
el firmamento completo me muestra y musita
quedamente tu nombre y tu cara bonita.
El cansancio invade mis pestañas y se dejan caer,
la imaginación ante el recuerdo no evita el ceder
el paso de los pensamientos que me llevan a ti,
galopando entre estrellas de blanco marfil.
Pensar en ti, esta es mi noche,
esta es mi calle solitaria de la ciudad dormida,
caminar meditabundo con la mirada erguida.
Con un café que me acompaña para despejar la vista,
tu eres lo que abunda en mi alma, esa cálida sonrisa,
duerme mi amor, que yo despierto sueño con tu faz tranquila.