Bendita sed de encontrar el vacío,
cuando el corazón ha sembrado un árbol
le dice casa
y junto a otras prórrogas,
construye puentes que llevarán
a otros caminos...
Camino...
Me hice de un amor, más viejo que yo, más sabio que el tiempo
grande como la partitura del mar...
Mar de mi alma que tiene un cielo en el lugar donde otros
solo saben amar...
No quisiera ver más...pero se esconde la calma
en el teléfono rojo de una llamada infinita...
Silencio: fría espalda que no tiene perdón
que no conoce de ojos para llevarme
y me acurruca en la mejilla pavimentada
de cualquier noche..
Oh, lágrima de niña dormida
termina la canción que no puedes cantar,
pero no sigas, no me digas
que la noche apenas ha reconocido sus párpados..
No puedo prender otra farola,
el viento me dice que ya es tarde
el reloj se ha extirpado su ombligo
y se niega a contarme..
a nacer de mi vida,
con la muerte calma
de una hoja narrada
en una sepultura, diferente.