A veces
las motivaciones ruedan
arrastrándose en el piso,
se alejan de tal manera
que la mirada no puede encontrarlas.
Entonces…
la piel se pega de las sábanas
y una serpiente sube por las piernas
clava sus colmillos
y se hace imposible levantarse.
Su veneno corre por las venas
y se derrama la luz de tus entrañas
¿cómo retomarla?
Simplemente
dejas que se caiga el mundo
porque tú,
ya estás derrotada.