Dulce morada de quietud y encanto
Donde en tus paredes escribí tanto
Hoy, vuelvo a ti con mi alma henchida
Cuando me fui, estaba entristecida.
Un amor que se tornó imposible
Fue el causal de mis desconsuelos
Yo, para él me volví invisible,
Y él, es aún el dueño de mis desvelos.
Dulce casita con muros de versos
Con techos de paja de rimas y métricas
Con ventanas abiertas para mis versos libres
Con jardines de ritmo de amor y embeleso.
Dulce morada de poetas tristes,
De poetas locos (como yo) y apasionados,
Me envuelvo en tu calor de poesía
Se cobija bajo tu manto mi melancolía.