MANTAS MANTAS LAURA

lucia preciosa

LUCÍA PRECIOSA

Lucía preciosa a sus 17 años, parada en aquella acera esperando poder cruzar, el viento moldeaba su melena y, los escasos rayos de sol que se colaban tras los huecos que habían dejado las nubes de aquel cielo gris alcanzaban su rostro cautivados por la ternura de su belleza.

Lucía diferente a otros días, atraía la mirada de quienes la conocían en aquel pequeño pueblo y veían en ella un asombroso cambio.

Su falda de siempre con su jersey de pico que vestían todas las alumnas del colegio “San Paul”, parecía un bello vestido de novia.

Se dispuso a cruzar la calle con al ponerse el semáforo en verde, y tras la atenta mirada de todo el que pasaba,… un coche perdió el control deslumbrado por su belleza, golpeó su joven cuerpo y lo hizo desplazarse unos metros por el duro asfalto.

Una gran masa de gente corrió en su ayuda, el coche se detuvo, seguía luciendo preciosa en sus últimos minutos de vida, con su lábil aliento dijo estas palabras “yo también me vi diferente esta mañana”, respirando por última vez.

Las manos de un viejo vecino cerraron sus ojos con una dulce caricia y de repente se secaron las lágrimas que derramaban sus ojos,… se quedó inmóvil por un momento y dirigiendo su mirada a todos los que estábamos a su alrededor, sonrió.

Jamás habló de ello.