HERMINSON YULE RIASCOS

SINFONIA

En la copa de un árbol

el ave está bebiendo aire,

y beodo y extasiado por 

las luces de su cuerpo lanza

un chorro de luz

de la que canta el cielo

y se cuela por entre las hojas

y se pierde en la monotonía

de esta tarde obtusa y sin chispa.

Sigue ahí, estático, parece

parte de la misma rama,

una hoja viva y florida.

Lleno de dulzura, el solito

hizo amanecer la tarde

y pintar de música el viento

que ahora anega

de armonía el azul.

Su canto se despedaza

contra el mundo y cada 

parte vibra en todos 

los rincones dejando

una constelación de himnos

 y luces do sólo habitara

la chicharra que desplazada,

supongo, tambien escucha

este magnífico concierto.

Ya no es más el oído que su canto,

que advirtió a la monotonía

que se fuera al carajo

con sus malos y negativos

pasares.

Ahora hay un pedazo de árbol

con plumas que armó su propia

sinfonía en el confín del tiempo,

en el copo de una tierra nueva,

nueva para su canto,

nueva para la vida.

No me dejen único,

unanse a mi garganta.