Como amantes que somos de la poesía, me apetece mucho poner de relieve que la palabra, las palabras, nuestros poemas, no sólo son portadores de belleza; no se trata pues de una cuestión estrictamente estética: nuestras palabras, sus imágenes y sus \"metá-foras\" nos \"trans-portan\" a algo mucho más importante, mucho más profundo.
Entre los autores de esos maravillosos relatos que llamamos el “Nuevo Testamento”, hay uno llamado Juán, un maravilloso poeta conocido como “Juán evangelista”, que abre “su poemario” (su Evangelio) en estos términos:
“En el principio, era (existía) la Palabra”
Y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios,
y existía con Dios desde el comienzo”
(Juán, 1,1-14)
Pero…mucho, muchísimo tiempo antes, en el “Antiguo Testamento”, otro gran poeta, Moisés, abre su libro “El Génesis” con este bellísimo y sobrecogedor cántico a “La Creación”, pues con él, Moisés nos desvela el poder y los inimaginables tesoros de LA PALABRA :
“Al principio, Dios creó el Cielo y la Tierra.
La Tierra era informe y estaba vacía;
las tinieblas cubrían el abismo;
el espíritu de Dios sobrevolaba sobres las aguas.
Entonces, Dios dijo: “Que la luz sea”
y la luz fue.
Dios vio que la luz era buena,
Y Dios separó la luz de las tinieblas.
Dios llamó la luz “día”
Y las tinieblas “noche”.
Transcurrió una noche y transcurrió una mañana:
primer día.
Dios dijo: “Que exista un firmamento
en medio de las aguas, que las separe
las unas de las otras.
Y así fue hecho el firmamento (…),
Y al firmamento, Dios lo llamó “cielo”.
Transcurrió una noche y transcurrió una mañana:
segundo día.
Dios dijo: Que las aguas que están bajo el cielo
se amontonen en una sola masa,
y que aparezca el continente.
Y así fue hecho.
Dios llamó “tierra” el continente
y “mares” la masa de las aguas.
Y Dios vio que eso era bueno.
Dios dijo: “Que la Tierra se cubra de verde:
de yerbas portadoras de semillas,
y de árboles frutales que dejen caer sus frutos
y sus semillas sobre la Tierra.
Y así se hizo (…) : tercer día.
Dios dijo: “Que haya alumbrado en el firmamento
para separar el día de la noche;
que ofrezcan signos
tanto para las fiestas,
como para los días y los años (…):
cuarto día.
Dios dijo:“Que las aguas produzcan en abundancia
seres vivos y que los pájaros vuelen
por encima de la tierra
hacia el firmamento del cielo (…):
quinto día.
Dios dijo: “Que la tierra produzca seres vivos
según sus especies: animales, animalitos,
animales salvajes (…)”
Y Dios vio que eso era bueno.
Dios dijo: “Hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza
y que ellos reinen sobre los peces del mar,
los pájaros del cielo,
todos los animales salvajes (…)
Dios creó al hombre a su imagen,
a la imagen de Dios lo creó,
hombre y mujer los creó.
Dios los bendijo y les dijo:
Sed fecundos, multiplicaos,
llenad la tierra y sometedla (…).
Yo os doy todas las yerbas
portadoras de semillas(…),
y todos los árboles frutales y sus semillas:
ellos serán vuestro alimento (…).
Dios vio todo lo que había hecho:
y que todo era muy bueno (…)”
(Génesis, 1,1-31).
Amigas y amigos de “Poemas del Alma”: con este largo pero precioso y desconcertante cántico al poder y a los tesoros de LA PALABRA, os deseo un bonito Domingo y un comienzo de semana fecundo en “creaciones” y ensueños.
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