Hablamos con palabras
que ocultan los silencios:
silencios caprichosos, obstinados,
solemnes, mentirosos.
Hablamos del sol o de la lluvia.
De Borges, de cuentos y poemas.
De San Juan y los Proverbios.
Hablamos de sueños y quimeras,
nostalgias y recuerdos.
Hablamos con palabras animadas,
sonrientes, optimistas, ligeras,
sutiles, convenientes.
Hablamos.
Pero el silencio sigue allí, agazapado,
culpable, miedoso, acobardado...
esperando que alguna vez
digamos la verdad.