El velo de mis ojos
Caído sobre los hombros.
El pozo, profundo
De miedos añejos,
Retumba con el eco,
La realidad se impone callada,
Sin piedad, ya caen
Los cimientos raidos por el peso,
Efímeras luces caen en el olvido
De un teatro vacio.
Sin sonidos ni diálogos
Limitando el espacio.
La torre se derrumba, en silencio,
Indómito el presente
La larga espera en la nada,
De utopías infantiles enraizadas,
Ridículas de frente,
Extiendo mis manos, respiro,
Sintiéndome viva y pequeña,
Sin telón, ni finales dormidos,
Recorro el escenario
De todos los sueños ciegos,
Buscando la esencia real
De estas manos
Que sienten y escriben.