Hay momentos del alma
a orillas del invierno
en que me siento un extranjero.
La niebla se deshilacha en grumos
sobre el agua
y se ablandan los ecos del otoño
evanescente
que parece alejarse
poco a poco
en un sollozo vertical de hojas marchitas
Lámina de Venecia contra el frío
—tu copia en mi ventana—
que rasgó al volver de la lluvia
una gaviota.
Alineamiento triste de sus alas grises
bifurcación del vuelo impresionista
en pinceladas sueltas
y cristales rotos.