“¿QUÉ PASA CON UN ROMANCE...?
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¿Qué pasa con un romance,
si no canta como quiero?...
¿Si no resalta tus gracias,
el aleteo en tu vuelo,
la lágrimas de tus ojos
y tus abrazos más tiernos?...
-¡Ay!-...
De tu atención y caricias,
yo dentro de mi no quepo.
¿Qué pasa con un romance,
si en lo esperado está exento,
si enamorar no enamora,
por ser tan pobres sus versos?...
¿Si no resalta tus joyas,
joyas del alma y del cuerpo,
las curvas de tus caderas
su guitarreo flamenco?...
¿Qué pasa con un romance
tan laxo de buen cortejo?...
Pasa lo que ha de pasar,
que se convierte en tormento,
que nunca valdrán sus rimas
ni versos, pues siendo buenos,
te dejan amargas penas,
te dejan amargos sueños,
haciendo sordos y mudos,
hasta sus tristes acentos.
¿Qué pasa con un romance,
en el que apenas tildemos,
las ansias de su poeta,
la tinta de sus deseos?...
-¡Ay!-...
Que nunca será un romance,
que solo será ese cuento,
que no cuenta las verdades,
que el poeta lleva dentro,
que esconde bellos amores,
de una dama que ya es preso.
La dama de dos lunares,
lunares que son misterio,
uno de su brava boca
y el otro que va secreto,
que no se puede decir,
al ser dueño de mis celos,
por el sitio en el que está,
guardián de mi sentimiento.
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¿Qué pasa con un romance
que no enamora al leerlo?...
pues que el poeta perdió,
pluma y tinta, tinta y tiempo.
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Carles C. 24/X/2013