Mundo de mujer, pulpa de alma,
filigranas de humo en tu cabellera.
Claridad de senda en tus manos,
su sombra es luz de estrellas,
de astros que se encolumnan en las palmas.
Fluida agua, límpida playa de algas,
latido de plata que emerge por tu boca.
Envainada piel de seda
que derrota mis sentidos.
Viajo tu plena figura sumergido en arterias,
Me llevan ráfagas del aire hacia tu copa de uvas,
tempestad de mareas,
brusco trigo infinito tornasolado,
semilla que deambula en tus venas
como enjambre de abejas en estío.
Ardientes panales en mis delgados labios
el nocturno paisaje mudo abre sus columnas.
Contorno de tus hoyuelos genitales,
huecos de Venus en tu espalda de abadía,
estoy sumido con amor inclaudicable
hasta que las flores del alba ensanchen su tallo,
hasta ser dos rayos en calma
compartiendo un hogar de única morada.
Ilumino de amor la soledad que ocupas y
con dulces palabras destierro tristezas,
con gestos amantes dejo las sombras en su tumba.
Lentamente te tiñes de topacios,
hilvanamos
simultáneos labios que se acarician sin pereza.
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