Me escondo entre los nuevos libros que leo
dándome a la fuga de Neruda y Bendetti.
No busco más a Miguel Hernández,
ni siquiera a Rubén Darío o Gioconda Belli.
Me refugio un poco entre las rimas
que escriben los poetas de la hora.
Me escondo de aquellas reflexiones
que me cuenten de lo que parece inexistente.
Me acuesto, me levanto y voy en modo de automático.
No me como los chocolates, no lo sé,
no paso de Arjona y sus irónicas canciones.
Me siento cambiante, casi mudando
o más bien tratando de mudarme
de este lugar, mi ilógico corazón
No ceso de pensarte aunque procuro.
Y me está costando reciclar
todos mis estúpidos sentimientos
y aunque me gusta la caridad,
¿A quién le regalo esto que siento?
¿A quién le abro así mi corazón?
Tal vez era un juego con cartas marcadas
y no era a mí a quien le tocaba ganar.
Me callo cien verdades y escribo mentiras
tratando de inventar esa otra realidad.
Esa en la que me siento feliz aunque sé bien
que se me deshace por dentro el corazón.
Te extraño y puede ser algo ya inútil,
pero no sé cómo hacer para arrancar
de un tajo todo esto que llevo
creciendo como musgo en lugar húmedo.
Te extraño y es así de terminante,
no esperar que me extrañes por igual.
Ha sido un proceso inadvertido quererte,
sólo puedo agradecerte sin que me escuches,
esperando que la pluma y el papel recojan
de alguna manera lo que no me atrevo a decir,
tengo tantas cosas que agradecerte
tanto que si pudiera te lo diría sin más.
- Mis Sentimientos