Tus labios pronuncian un nombre bermejo
y opaco en la tarde de tu corazón,
tiene la tristeza de un ensueño viejo
donde te deleitas en nueva pasión.
Los bucles que otrora lastimaran tanto
la vista famélica de un ente irreal,
acarician dulces, sin duelo, ni espanto
los dedos bruñidos de un amor banal.
Y la voz timbrada de fina saudade
en cuya sincera melodía fiel
me enredé, en extraños oídos invade
sumonotonía de voces de miel.
Bien o mal, no quiero saber si el presente
es sólo la estampa de lo que perdí
o si nunca tuve lo que creo ausente
o fue sólo sombra tu cariño en mí…
Masaya 02-11-13
Marcos H.