HERMINSON YULE RIASCOS

GRANDE (sonetos)

Cual el condor gigantesco

con sus expandidas alas

cual el basilisco grotesco

que cambia sus miradas malas.

 

Con el cenit tal parentesco

vertiendo sus lapizlazulis galas

hollando en sus letras yo apetezco

la grata poma que exhalas.

 

Así quiero yo viajar

como tu, sol en el infinito

del saber, ilminando el mundo.

 

Oh inmenso poeta, llenar 

la oscura gruta con tu grito

de luz con tu fruto más fecundo.

 

 

ARRAYANES

 

En los avatares de mi infancia

tan fecunda en desmanes,

en ocio y en vagancia

-para ello no tenías afanes-.

 

salía a batir las distancias

que me separaba de los arrayanes

donde su melíflua sustancia

de otros también eran planes.

 

Nos reuníamos a expensas

de ser visto por e finado pío,

y por entre los alambrados

 

llegando a las bastas despensas,

degustado el naturo plantío

tornabamos con los labios morados.

 

 

EL AMOR

 

No soy de amor buhonero,

yo me doy por completo

y a mi corazón no lo inquieto

con un sentir sucinto o efímero.

 

Nunca pido, ni espero

que me den un vago respeto,

yo lo gano íntegro, neto,

pués respetar es lo primero.

 

Para mi el amor no es baladí

y no hago de él barahunda

que me pueda confundir.

 

Omnímodo es, lo siento así

y lo aferro de forma tan profunda

que llega a ser mi razón de vivir.

 

 

VICIOSO

 

He sido siempre un ambicioso

de aprender para enseñar

y bebo mucho,¡si¡, soy un vicioso

que de lectura me suelo emborrachar.

 

Me siento excentrico morboso

por la perfección buscar

en el talle y en el verso hermoso

que de la vida me hace enamorar.

 

Llevo en la sangre el camino

intrínseco del monte naturo

que no ha sido maculado,

 

y en mi oído el dulce trino

de un muy próximo futuro

con el canto de mi lira aún no escuchado.