Ayer el pasado pasó como ráfagas de viento
recordándole a tu ser que aproveche el tiempo.
Te confirmó que ya se ha ido
y que jamás recuperarás lo perdido.
Ayer pasó el pasado frente a ti
alejándose y llevándose recuerdos,
cambiando tu presente donde ahora
te encuentras mirando hacia atrás.
Ayer pasó el pasado como fantasma.
Una presencia que no puedes ver pero
que está presente, por eso te duele el alma.