LOS PETALOS DEL TIEMPO
Ella deshoja los pétalos de una desventurada flor
Piensa en los días en que la llenó de amor
Cuando él le prometía una abundancia de mimos.
Ella ha llorado en el silencioso espacio de los dos
Sospechando de otros besos, que le roban su cariño
Se ha hecho fuerte y no se atreve a odiar
Se mira orgullosa en el espejo confidente de su vanidad
Se ve hermosa, codiciada y jovial.
Una alfombra de halagos se extiende a su paso
Y a veces se detiene a disfrutar ese bocadillo
Que le recompensa el valor que intenta rebatarle él
Ella es pura, no santa, es suya, ella siente y ama
Es fiel en el alma, nadie lo es en la piel.
Se aferra a la esperanza, se enfurece y se calma
Se esconde de la propaganda que es su relación
Su rostro es extraño en las calles que el transita
Y ella lo espera sedienta de aquellas caricias
Para abrigarse expuesta en su desnudez
Y un reclamo gratuito la impacta otra vez
Ella arranca los pétalos de una flor
Rozando las heridas, invocando el perdón
Para soportar pertinaz las cosas de esa unión
Si lo perdiera agonizaría creyéndose culpable
Verlo sufrir es su temor
Tanto lo ama, que se olvidó de ella misma
Pasará el tiempo y con él su lozanía
Dedicará su obediencia a su propio corazón
Aunque él solo apueste la mitad
Pero no obstante son felices
Sumándole a la vida las diarias cicatrices
Ella arrepentida de contrariar su voz
Compartiendo su amor gota a gota
Ella misma se deshoja mientras desarma una rosa.